El buen nombre, su deseo de independencia, capacidad técnica y de trabajo que le reconocía el mercado permitió que bancos y clientes le facilitaran el camino, aportando capital y pagos anticipados, para la apertura de una nueva empresa.
La estrategia de la compañía fue la fabricación de maquinas y equipos (bienes de capital) no seriados y fabricados a pedido para resolver los problemas de los clientes, apartándose de las producciones seriadas o estándar.
A los pocos años el taller quedo pequeño y se decidió comprar una parcela de tierra en Quilmes Oeste donde hasta hoy funciona la compañía.
Obdulio Manini trabajo en su juventud en la Cervecería Quilmes como aprendiz y luego como oficial múltiple.
Siempre intento proveer equipos a la cervecería y en el año 1988 llego la oportunidad de hacerlo. Y es así como se fabricaron en Quilmes los primeros tanques de fermentación de Argentina con recuperación de gas carbónico.