Desde que somos humanos estamos en la permanente búsqueda de expresar nuestra singularidad.
Ya desde nuestro orígenes, en cavernas devenidas en nuestros hogares, perdura la evidencia de esa búsqueda por definirnos.
Han pasado miles de años desde entonces, el mundo y nosotros hemos evolucionado, y esa búsqueda se ha manifiestado -y lo sigue haciendo- en la arquitectura, dónde las formas y los materiales definen culturas, países y, por supuesto, a nosotros mismos.